Jay Inslee, gobernador de Washington, ha firmado este pasado martes una ley que convierte a este estado estadounidense en el primero que permite el »compost humano», un proceso de descomposición que convierte los cadáveres humanos en tierra fértil.
La fundadora de la empresa Recompose, Katrina Spade, quien llevó la idea al gobernador, explicó que si todos los residentes de Washington optaran por la recomposición tras la muerte, »salvaríamos más de medio millón de toneladas métricas de CO2 (dióxido de carbono) en tan sólo 10 años». Esta cantidad de CO2 equivale a la energía requerida por 54.000 hogares en un año.
Esta es una nueva alternativa al entierro tradicional o a la cremación y es una opción más ecológica. El cuerpo se introduce sin embalsamar en una cámara de compostaje con otros materiales orgánicos, produciendo 0,76 metros cúbicos de tierra fértil.
En el año 2017, Space estuvo a cargo de un proyecto en el que fueron reducidos a suelo fértil 6 cuerpos en la universidad de Washington. El proceso duraba entre 4 y 7 semanas.
Esto supondrá un avance para el medio ambiente, ya que los cuerpos no ocuparían espacio, no se filtrarían sustancias químicas al suelo y se reduciría el proceso de liberación de dióxido de carbono en el aire durante la cremación.
El coste sería más bajo, con un promedio de 5.500 dólares, frente a los 7.000 de un entierro tradicional en Estados Unidos.
El 1 de mayo de 2020 esta ley entra en vigor y en ese momento los residentes de Washington podrán elegir entre un ataúd, ser incinerados o convertirse en tierra fértil.
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