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Una mujer que sufre macrodistrofia lipomatosa y tiene los brazos más grandes del mundo

Se llama Duangjay Samaksamam y es una mujer de Tailandia que tiene las manos y los brazos enormes debido a una enfermedad extremadamente rara y dolorosa que provoca que sus miembros se mantengan permanentemente hinchados.

Una mujer que sufre macrodistrofia lipomatosa y tiene los brazos más grandes del mundo

La enfermedad se llama »macrodistrofia lipomatosa» y desencadena la acumulación excesiva de grasa en depósitos que se distribuyen entre sus brazos y manos.

Al parecer es la única persona en el mundo que padece este mal desde el hombro hasta la yema de los dedos de ambos brazos.

Una mujer que sufre macrodistrofia lipomatosa y tiene los brazos más grandes del mundo

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La mujer nació padeciendo la enfermedad, y por vivir en una aldea rural en Tailandia, ni siquiera encontró especialistas que pudieran ofrecerle un tratamiento.

La mujer siempre supo que su problema no era común, por lo que decidió aislarse del mundo exterior. Eso significa que nunca asistió a la escuela y que jamás fue alfabetizada.

Una mujer que sufre macrodistrofia lipomatosa y tiene los brazos más grandes del mundo

Una mujer que sufre macrodistrofia lipomatosa y tiene los brazos más grandes del mundo

Pasó la mayor parte de su infancia evitando a otras personas hasta los 20 años, cuando se vio obligada a darle un rumbo a su vida y empezar a trabajar. Sus padres enfermaron y ella tuvo que empezar a llevar el establecimiento de la familia. De esta forma es como empezó a tener contacto con la sociedad y con gente que nunca supo de su problema.




La noticia de su mal se fue extendiendo y varios médicos se presentaron para intentar ayudarla, incluso se sometió a varios cirugías, pero en vez de mejorar la situación, empeoraba su condición.

“Durante la primera cirugía los médicos no retiraron el tejido completo. Solo abrieron mi brazo para verificar. Dijeron que no era algo demasiado grave, a pesar del tejido grueso y espeso en el lugar, entonces no removieron nada por miedo a dañar mis nervios”, relata Duangjay. “Tras cinco meses, mis muñecas comenzaron a doler mucho. No podía dormir”.

Entonces la mujer fue sometida a dos operaciones más. “Removieron cerca de 700 gramos de grasa y sangre de mis manos, pero después de un mes, todo volvió a crecer nuevamente. Algunos médicos dijeron que la única solución era cortar mis manos si quería vivir libremente. Pero no quiero hacer eso”, explicó en una entrevista.

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