Ocurrió en Sao Paulo, Brasil. Un agente de policía pilló in fraganti a un grafitero que intentaba pintar una pared de la comisaría y lo que hizo el policía fue vaciarle el aerosol en la cara al chaval y obligarle a que pidiera perdón.
“Lo siento, señor, nunca volveré a pintar la comisaría de policía”, contestó el adolescente. “Y ahora márchate de aquí antes de que cambie de opinión”, respondió el policía.
Este fue el momento…