Ocurrió poco antes de las nueve de la noche de este martes cuando la Jefatura municipal recibió una llamada informándole de un suceso un tanto extraño: un turismo con matrícula extranjera estaba encajonado en las proximidades de la iglesia de San Roque, en pleno casco histórico de Combarro (Pontevedra). Agentes municipales se desplazaron hasta la villa turística y verificaron que las dos ocupantes del vehículo, también de nacionalidad extranjera, se habían metido en esta suerte de trampa siguiendo indicaciones de su GPS. Eso sí, aparentemente, haciendo caso omiso a las señales que prohíben el acceso de automóviles a esta zona monumental declarado Conxunto Histórico Artístico hace ya medio siglo, en 1972.
